martes, 2 de abril de 2013

Distancia.

Siempre, siempre, me comparan. Y duele. Tal vez no sea guapa, lista, alta, o simpática con todo el mundo. Tal vez no sea la niña buena, la sociable y la enérgica. Pero soy yo. Y me gusta serlo. Y la constante comparación me marca un camino. Una constante presión. Tengo mis gustos, mis ideas, mis sueños y mi manera de ser. Y es un apoyo que no tengo. Es una familia que no me apoya. Pero luego queréis que confíe en vosotros, que os cuente mis cosas y que sea cariñosa y familiar. Lo soy. Con mis amigos y mi chico. Esas personas que realmente me conocen y no me comparan, que me quieren por ser quien soy, que buscan mi felicidad y mis risas. Y duele más cuando queréis alejarme de ellos, de el. Ellos son mi verdadera familia. Con quien soy feliz.

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